Descripción
Libro: Odiseas
Autor: Pérez Zarco, Juan José
Edita: Círculo Rojo
Año: 2022
Páginas: 194
Tamaño: 15 x 21
ISBN: 978-841137519-1
ODISEAS es el diario de un lector que, al cabo de muchos años, salda una deuda de juventud: leer el ULISES de James Joyce. La lectura de los episodios de la novela irlandesa va alternándose con la de las rapsodias de la ODISEA de Homero, al tiempo que vamos conociendo algunos aspectos biográficos de ese lector, que, en ningún momento, pretende pasar por especialista, sino contar de la forma más sencilla, recurriendo a veces al humor, esta singular navegación por dos narraciones clave en la historia de la literatura universal, que muestran, a pesar de la distancia temporal entre ambas, que ni Homero es tan antiguo ni Joyce tan moderno.
EL AUTOR
Juan José Pérez Zarco nació en Córdoba en 1956. Estudió Filología Hispánica y ejerció como profesor de Lengua y Literatura hasta su jubilación. Inicia su actividad literaria a mediados de los ochenta como colaborador en «Cuarto y Mitad», suplemento del periódico municipal El Pregonero. Su primer libro de poemas fue Ítaca (1986), al que siguieron Estado de cuentas (1996), la plaquette La fábula del tiempo (2002), Estirpe humana (2008), y una colección de haikus titulada Las sílabas del día (2018). Ha publicado dos volúmenes de sus diarios, Diario de un poeta en paro (1998) y Suma y sigue… (2000). Es autor también de A destiempo. Páginas de un lector (2009), donde a la crítica literaria se añaden elementos autobiográficos, y de la miscelánea Mester de hortelanía (2012). En 2017, publicó Les Espagnols. Una historia de resistencia, un ensayo biográfico donde sigue los pasos de Florián Andújar, un torrecampeño muerto a manos del ejército alemán durante la batalla de Glières (Alta Saboya) en el invierno de 1944. Desde el verano de 2008 mantiene el blog El pisapapeles de Karlsbad.
Araceli Fernández León –
Creo que estamos ante un libro importante. Esto que hay aquí escrito no lo puede escribir cualquiera. En este género literario hacen falta tres cosas fundamentales: trabajo y corazón y sabiduría.
Sin embargo, para ser poeta, como Pérez Zarco, se necesita, entre otras cosas, algo esencial. Uno puede mejorar sus poemas, resaltando su fulgor a base de pulir con gran precisión, a base de ingenio, destreza y paciencia. Pero primero hay que nacer poeta. Y eso no lo enseñan los libros.
Todo lo que yo diga de este libro ya está muy bien explicado en la contraportada. Es el propio autor el que puede hablar con propiedad sobre lo que ha escrito, y del Ulises de James Joyce que yo no voy a presumir de haber leído, porque no pude terminarlo.
Así que voy a tratar de decirles a ustedes mis propias conjeturas basándome en la forma en la que está escrito y el por qué deberíamos leer este libro.
Al comenzar a leer, en las primeras páginas, lo primero que te encuentras es a un muchacho que toca a la puerta y no se esconde.
Es como si antes de levar anclas dijera: Mirad, esto es lo que soy.
Después, pasados los 4 primeros capítulos comienza el viaje de Pérez Zarco.
Como en la Odisea de Homero ya vemos ahí la figura de Odiseo encarnada. Las obras que se ha propuesto leer alternadas en busca de paralelismos, se van trenzado con la suya. Su odisea. El libro está constantemente cargado de reflexiones que abren el mecanismo de las cerraduras que utiliza James Joyce en Ulises con esos recursos enigmáticos que parecen decir palomas cuando en realidad dicen cuervos.
Otras veces parece que Pérez Zarco es como un Sherlosns Holmes penetrando en la mente de Joyce. O esa mano hábil en ese tablero odioseado moviendo las piezas correctas. Para él parece una tarea fácil. Se nota y sorprende como el autor disfruta. Y digo se nota por las ocurrencias humorísticas que deja en algunas de las páginas. Por ese motivo esta forma de contar, es sin duda un regalo para el lector.
El autor está realmente al tanto de cada detalle, investiga cada palabra. La deshuesa y la rumia para después donárnosla.
Después, casi al final del libro, encontramos una serie de profundas reflexiones, conclusiones, preguntas, y algún que otro aforismo.
Y ya por último, Pérez Zarco termina su libro con una carta final dirigida Joyce donde agradece y admira su valentía, pero no sin cierta ironía, confesándole que no será uno de esos lectores que dedican su vida a leer sus libros. Y lo hace no como escritor sino como un hombre que ya conocía el significado de las Ítacas antes de arribar en sus páginas.
Estamos de acuerdo en que siempre aprendamos algo en cada lectura, sin embargo, cuando lees a Pérez Zarco, además de aprender, te das cuenta de que no sabías tanto como creías, porque ante este escritor con tantos kilómetros de lecturas a la espalda, uno tiene la sensación de andar cojo.
Y es que leer a los clásicos contemporáneos de la literatura universal requiere una atención y una exigencia intelectual que solo algunos poseen. Pérez Zarco tiene esa capacidad y esa virtud, y así lo demuestra, con una escritura minuciosa y detallada. De modo que yo agradezco que autores como él escriban estos libros, más que nada, porque verdaderamente uno disfruta de la lectura.
La forma de escribir de PÉREZ ZARCO hace que todo resulte tan sencillo y ameno que ya no quieras leer a James Joyce ni a Homero sino que prefieres que él te los cuente. Que te los cuente, y que al mismo tiempo se cuente.
Por un lado La Odisea de Homero. Por otro lado el Ulises de Joyce. Y ahora las Odiseas de Pérez Zarco; Su odisea.
En definitiva, Pérez Zarco, perdonen el tremendismo, es un lector diablo, un lector diablo, y un escritor donante. Para que se me entienda, Pérez Zarco, como dijo un poeta, es ese diablo que sabe más porque lee más, que es otra forma de ser diablo. Yo digo que este diablo, es de esos diablos que no solo lee en los libros, sino que lee en todas partes.
Si ustedes no leyeron la Odisea de Homero, ni el Ulises de Joyce, y están pensando hacerlo, lean, si gustan, este libro primero, pues es un buen prefacio de las dos obras. Y si ustedes ya las leyeron y no las entendieron o no van a leerlas nunca, léanlo igualmente. Pues Pérez Zarco se ha quedado a gusto leyendo y donando. Como buen donante, y como buen diablo.