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Las bodas en Los Pedroches según Alfredo Gil Muñiz, año 1925

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Bodas

¿Cómo eran las bodas en Los Pedroches? Mostramos cómo las describía Alfredo Gil Muñiz, en un trabajo de 1925 titulado “El Valle de los Pedroches”.

El noviazgo principia con lo que llaman pedir el compromiso; si la novia dice que no tiene compromiso, es que acepta al novio, dando comienzo las relaciones que traen como consecuencia el ponerse juntos en las reuniones, el no bailar sino con el novio y el hablar dos horas todas las noches en la puerta de la casa de la novia o de una parienta o vecina.

En Villanueva de Córdoba entra el novio desde el primer día de relaciones en casa de la novia y es costumbre en todo el Valle censurar que los novios hablen por la ventana.

Formalizadas las relaciones con el tiempo, la novia pide permiso para que el novio entre en la casa, pasando el noviazgo a un nuevo periodo de formalidades, enfriándose las relaciones que hubiera entre las familias de los novios.

El novio hace varios regalos durante el año a la novia, y de estos son indispensables el fereo o regalo por feria y el aguinaldo o regalo por Pascuas de Navidad.

La novia va poco a poco comprando su ajuar y ella misma va haciendo la confección de las prendas, detallándose minuciosamente en la carta o relación de lo que aporta al matrimonio, que ha de estar firmada por el marido. En algunos sitios la novia firma otra carta detallando lo que el novio lleva al matrimonio.

El novio debe regalar el pañuelo de Manila, el rosario y el velo que ha de llevar la novia y algún dinero sin que sea fija la cantidad. La novia aporta tres juegos de cama y todos los enseres de casa, excepto el arca y la cama de matrimonio.

A pedir a la novia van la madre del novio y dos tías de éste o una tía y una hermana política, que son recibidas en la cocina de la casa por la madre de la novia y dos tías o cuñadas. Este petitorio se hace en tres visitas: en la primera no se habla del asunto; en la segunda se pide con la fórmula, ya sabrán ustedes a lo que venimos que dice la madre del novio, contestando la madre de la novia: Sí señora. Hay que hacer constar que la novia debe estar presente. La tercera visita se hace para convenir el día y demás circunstancias de la boda y esta noche le pregunta la novia su futura suegra: Y tú ¿qué dices?, contestando la novia: yo, lo que ustedes dispongan.

Pasado unos días regala el novio el pañuelo o mantón de espuma que llaman de Manila, una cantidad de dinero que suele ser diez duros, el rosario y el velo de que antes hemos hecho mención; al padre de la novia le regala un pañuelo de mano y a la madre un pañuelo de cabeza. La novia regala a su prometido la tela de la camisa de novio, bordada y un pañuelo también bordado.

En Añora al terminar el petitorio la familia del novio regala a la futura contrayente cinco duros, criticándose si se pasa de dicha cantidad; esto se da por la palabra de la novia.

El sábado siguiente al petitorio se verifican los esponsales o ir a cá el cura. (Hasta hace pocos años tenía lugar en casa del cura párroco y hoy está casi generalizado el celebrarse en casa de la novia). Concurren a este acto además de las familias de las dos partes, los amigos de ambos contrayentes. Se festeja con un convite consistente en vino, garbanzos tostados, nueces y dulces. Desde este día la novia no sale de la casa sino a misa del alba.

El día del casamiento el novio y su acompañamiento van a casa del padrino (al que ya acompañan sus convidados) y todos juntos marchan hacia la casa de la novia donde aguardan los parientes y amigos de ésta. La madrina que va en el acompañamiento del novio (pues ha de ser tía suya o hermana casada) entra con la madre del novio en casa de la novia y dirigiéndose a su madre, dice: ¿Están ustedes dispuestas a venirse con nosotros? contestando la madre de la novia: Cuando ustedes quieran. En seguida salen para la iglesia, las mujeres de dos en dos, todas con sus pañuelos de espuma, mantilla de seda y velo; las últimas son: la madre de la novia, la madrina y la novia que va entre las dos. Detrás va el acompañamiento masculino.

En el Viso los invitados se reúnen en casa del novio y las invitadas en la de la novia.

El novio acompañado del padrino recogen en la Iglesia al cura y acompañado de éste y de los amigos se dirigen a casa de la madrina, desde donde marchan a casa de la novia y ya todos reunidos van al templo.

Celebrado el casamiento salen de la iglesia por el mismo orden que entraron excepto el grupo donde figuraba la novia, en que la suegra ha sustituido a la madre de aquella.

Se dirigen a casa del padrino donde tiene lugar el convite y después pasan los convidados a celebrar las comidas de la boda a casa del novio.

En algunos sitios para la boda se hacen dos clases distintas de invitaciones. Los amigos suelen ser invitados al refresco que se da después de la ceremonia y la familia y parientes a las comidas del día de la boda.

La comida de la boda en Añora se está preparando muchos días antes, basta con decir que además de las numerosas reses lanares y aves de corral que se sacrifican se prepara un relleno a base de huevos; en cierta ocasión El Heraldo de Madrid habló de la boda de Pablo Madrid donde se gastaron seiscientas docenas de huevos. En la calle donde se celebra la boda los vecinos invitan a cenar a los amigos, llamándose a esta costumbre estar la calle de boda.

Los invitados regalan previamente a los novios gallinas, huevos, prendas de vestir, etc.

Después de la comida de mediodía la gente de la boda hacen el paseo que consiste en pasar por las calles céntricas en parejas de un mozo con una moza y cada mujer con su marido. En esta comitiva figuran solamente los parientes de los novios y los amigos que hacen el dao o regalo.

Tras la comida de la noche tiene lugar el baile de boda, bailándose la jota al son de la guitarra y alumbrados por un candil (hoy por luz eléctrica) apagándose el candil por alguien de la familia de los novios para despedir a los invitados.

Se va perdiendo en todo el Valle la costumbre de celebrar la tornaboda.

Aún se acostumbra a obsequiar con cencerradas durante tres noches cuando se casan viudos o viudas.

 


[Foto de cabecera: del archivo fotográfico del Ayuntamiento de Pedroche]

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2 Comentarios

1 Comentario

  1. Mari Carmen Moreno.

    7 Abr 2016 at 15:23

    Me ha gustado mucho.
    Publique cosas de este tipo,que gusta recordar.

  2. Calabresa

    8 Abr 2016 at 00:58

    Maravilloso, es que esta web de 17 Pueblos de Los Pedroches cae como lluvia de mayo para nuestra mentes.

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La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos

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La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos
Fotos: Google Maps

Según el diccionario, un guardacantón es un poste de piedra que se utiliza para resguardar de los carruajes las esquinas de los edificios. Es decir, un guardacantón son esas piedras, normalmente de granito en nuestros pueblos de Los Pedroches, que vemos en las esquinas de muchas de nuestras calles y que evitan que los coches rocen las esquinas al pasar.

En Cádiz se pueden ver incluso cañones reutilizados para este fin; en la ciudad de Córdoba se pueden ver fustes y capiteles romanos o andalusíes, incluso cipos y pedestales de estatuas; por aquí, simples piedras más o menos cortadas para este fin.

Hoy, el algoritmo de las redes sociales ha hecho que nos acordemos de estas pequeñas singularidades de nuestro patrimonio. Además, repasando, hemos visto que la Oficina de Turismo de Villanueva de Córdoba ya se hizo eco de este elemento el año pasado, ver aquí.

Aquí, en Pedroche, y en la misma calle donde está nuestra librería ya vemos algunos ejemplos de guardacantones. Los siguientes que mostramos están en la calle San Fernando y la contigua, calle Arzobispo Barrios.

En el primer ejemplo, en una esquina vemos una piedra de granito de reciente colocación y en la otra una piedra poco labrada que se ha ido adaptando a los cambios de la calle.

La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos

En el siguiente ejemplo, nuevas y viejas piedras granito permiten que los conductores de coches que pasan por ahí se pongan en alerta ante este cruce algo estrecho y no lleguen a rozar las viviendas:

La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos

En esta tercera imagen vemos una curiosa piedra dentro de la pared de la vivienda de la izquierda ejerciendo de guardacantón. A la derecha hay uno colocado en los últimos años:

La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos

Y como último ejemplo, que realmente es lo que nos ha llevado a escribir este artículo, mostramos esta esquina de lo que los pedrocheños llamamos pretiles, junto a la iglesia El Salvador. Este guardacantón, lo que parece ser una columna de piedra, guarda gran semejanza con los guardacantones vistos en Córdoba [ver aquí]:

La curiosidad de los guardacantones en nuestros pueblos

En fin, una curiosidad más de nuestro patrimonio que quizás pase inadvertida.

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Encuestas 17 Pueblos: ¡El jamón de los bares!

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Jamón de Bellota 100% Ibérico Alta Expresión de Los Pedroches

Hablando de jamón, cuando vas a un bar de Los Pedroches y pides un plato de jamón…

¿tienes la sensación que es jamón de Los Pedroches o crees que es de origen "indeterminado"?
28 votos

Desde 17 Pueblos, aprovechando que se celebra la Feria del Jamón en Villanueva de Córdoba, queremos reivindicar los platos de nuestro jamón en los bares y restaurantes de la comarca de Los Pedroches.

Cuando un turista viene a nuestros pueblos, ¿qué pide en el bar? La mayoría de las veces queso, cochinillo y jamón, la gastronomía que nos caracteriza. No podemos defraudar, ni al turista ni a nuestros empresarios.

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Sobre el pedrocheño Al-Bitruyi, un referente mundial en astronomía, por Francisco Sicilia Regalón

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Al-Bitruyi

Francisco Sicilia Regalón, cronista oficial de Pedroche, ha publicado en PEDROCHEENLARED un artículo sobre el astrónomo Al-Bitruyi, donde, además, nos muestra la traducción de otro artículo: “The Notes on Al-Bitruji Attributed to Regiomontanus – Second Thoughts“, de Michael H. Shank (Universidad de Wisconsin-Madison), publicado en 1992. En él queda patente la importancia de la obra de Al-Bitruyi.

[Leer artículo haciendo clic aquí]

El astrónomo Abū Ishāq Nūr al-Dīn al-Bitrūyī (1185-1204 aprox.) nació en Bitraws, Pedroche, también es conocido como Al-Bitruji, Alpetragius o Alpetragio. Fue discípulo de Ibn Tufail y amigo de Averroes, gracias a sus estudios astronómicos han llegado a nuestros días parte de los conocimientos griegos sobre esta materia que quedan reflejados en su tratado astronómico “Kitāb al-Hayʾah” (El libro de la Astronomía Teórica) que critica la complicación del modelo planetario del astrónomo egipcio Ptolomeo con sus epiciclos y plantea un sistema más sencillo con esferas simples alrededor de la Tierra. Esta obra fue considerada una alternativa al Almagesto de Ptolomeo entre los siglos XIII y XVI.

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